Vieja rosa, sangrienta hiel, recuerdo de tu pecho florido, donde un día sembré miel y hoy sólo cosecho el olvido.
Me queda lo que puse en tu piel cuando mi corazón afligido,te prometió serte siempre fiel aunque del mundo haya partido.
Sea este nuestro último instante para empañar la alegría y enlutar mi condición de amante.
Cementerio soy en la melancolíadonde un cuervo enfermo y sangranteme dice que nunca volverás a ser mía.